20 AÑOS DE MALA LEY

Hoy, 15 de diciembre de 2006, se cumplen 20 años desde que el Parlamento Foral aprobó la Ley del Vascuence. Podía haber sido un gran día para las personas vascoparlantes de esta comunidad. Era la primera vez que Navarra elevaba el euskara a rango oficial. Sin embargo, nuestras expectativas se vieron frustradas. A pesar de algunos aspectos positivos evidentes, en general la ley que salió del Parlamento acabó caracterizándose por su mezquindad y falta de altura de miras, además de imponer una zonificación discriminatoria para ciudadanas y ciudadanos.

Conocemos la historia de estas dos últimas décadas. Durante los primeros años, la aplicación de la ley trajo como consecuencia mejoras en diferentes parcelas, si bien no todas las que hubieran sido deseables:esta ley trazó caprichosamente unas líneas divisorias que hoy no tienen sentido, mugas internas que en estos 20 años han producido injusticias y agravios.

Desde hace seis años la política vascófoba se ha impuesto en los gobiernos de UPN al principio y de UPN-CDN después. Sanz y Barcina, Corpas y Pegenaute se han empeñado en extender a todas las instancias su pretensión de relegar a la lengua vasca a la marginalidad geográfica y social. Han hecho todo lo que ha estado en su mano para que triunfara, también en el plano lingüístico, la Navarra monocolor con la que sueñan. No lo han logrado por completo, y ello es fruto del esfuerzo, la imaginación y la perseverancia de euskaldunes y euskaltzales. Si en estos últimos tiempos han tenido que hacer marcha atrás en algunos temas, se lo debemos a nuestra capacidad de resistencia y al apoyo que nos ha brindado una buena parte de la sociedad navarra.

Sin embargo, no es la situación en la queremos estar. Creemos que ya es hora de vivir en nuestra tierra como euskaldunes sin tener que ser continuamente agredidos por ello. No pedimos más que lo que ya tienen las personas castellanoparlantes. Si desde el punto de vista lingüístico Navarra se conforma de modo plural, la legislación y las instituciones deben reflejar esa pluralidad. Ya sabemos que el cambio no puede producirse de la noche a la mañana. Pero necesitamos un gobierno que dé pasos resueltos y efectivos en esa dirección. Y lo necesitamos ahora. No mañana ni pasado.

Se nos ha venido acusando de utilizar el euskara como arma partidista. Nos lo echa en cara la misma gente que ha intentado borrar la lengua vasca de la vida pública. En Nafarroa Bai queremos desterrar cualquier partidismo en torno a la lengua. Lleguemos a un consenso sobre el euskara. Fijemos unas líneas políticas maestras que puedan mantenerse por encima de cambios de gobierno. Y establezcamos de forma definitiva unos principios intocables, como son los de igualdad, voluntariedad y respeto a los derechos lingüísticos de toda la ciudadanía. Consecuencia de todo ello sería una política lingüística diferente, dotada de recursos económicos suficientes para incidir eficazmente en la administración, la enseñanza, la vida social y los medios de comunicación.

La ley debe servir de elemento integrador y acogedor con las diferentes realidades lingüísticas que existen en Navarra. El plurilingüismo es un valor en alza en el conjunto de sociedades occidentales. Euskara y castellano. Ambas son lenguas propiasde Navarra. Y por ello pedimos idéntica consideración para ambas. Empezando por otorgarles el mismo estatus legal en el mismo Amejoramiento. Y haciendo lo propio en la Ley del Vascuence. Porque si algo han enseñado estos 20 años es precisamente eso: que necesitamos una nueva ley que proteja nuestros derechos. A diferencia de lo que ocurre ahora, todas y todos tenemos un sitio en la Navarra que pretende Nafarroa Bai.

 

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