Gobernu baten lehentasunak krisi garaian
(2008/Abendua/1)
   
 



El hecho de que Navarra sea la comunidad de todo el Estado que menos incrementa su gasto público para 2009 es un dato preocupante, que revela el conservadurismo de este Gobierno ante una situación que exige compromiso e innovación. Y además, sustenta una rebaja de la inversión social, precisamente cuando más necesario es mantenerla y ampliarla, para que las instituciones tengan capacidad de responder a los problemas y necesidades de la población, en particular, de los sectores más vulnerables: las personas trabajadoras, las familias y la clase media. La cascada de expedientes de regulación de empleo (EREs) y el descenso de actividad que afecta ya a todos los sectores así lo demuestran. A modo de indicación, sólo un dato: entre enero y septiembre las peticiones de renta básica crecieron un 26 % en Navarra.


Hacer frente al paro y a la precariedad, contrarrestar la pérdida de poder adquisitivo, garantizar las prestaciones sociales y la calidad de los servicios públicos de Salud, Educación y Bienestar Social debe ser un objetivo prioritario de todo gobierno en un momento económico adverso, junto con la adopción de otras medidas para la activación de la economía. Es irresponsable apelar a la austeridad presupuestaria para reducir el papel garante de la administración, justamente cuando es más necesario. Más aún contribuir desde el gobierno a acrecentar las diferencias sociales, con una política fiscal errónea e injusta, que castiga más a quienes ya tienen dificultades objetivas para salir adelante.


Este es el camino tomado por UPN-PSN con estos presupuestos. Por un lado eliminan el Impuesto sobre el Patrimonio, privando a las Arcas Forales de 70 millones de euros de ingresos anuales, y consolidan las reformas del IRPF de los últimos años que benefician a las rentas más altas. Por otro se escudan en el bajón de la recaudación para justificar la contención, y en algunos casos, brutal descenso de consignación a servicios que repercuten en la vida diaria de las personas: salud pública, el ciclo 0-3 años, la FP, la UPNA, la reconstrucción de centros educativos...etc.


Que la Educación pública resulte la pagana principal de las limitaciones presupuestarias mientras las grandes obras se llevan el grueso de inversiones del Plan Navarra 2012 demuestra la escasa visión de futuro de este gobierno, y su nula apuesta por el valor añadido que la formación y la investigación pueden aportar al tejido socioeconómico de Navarra. Su objetivo central es responder a la demanda de negocio de la construcción, olvidando que el conocimiento y la cualificación son las vías más solventes para cambiar de modelo. ¿Cómo van a invertir así el peso específico de este sector en Navarra, que es el doble de la media europea?


El Gobierno de UPN ha renunciado a priori a exigir la transferencia de la competencia de Innovación. No sólo eso, además ha reducido en 20 millones de euros la partida destinada al Plan Tecnológico, y no prevé ninguna medida imaginativa para reactivar la economía y crear empleo, la prioridad más urgente en el presente.


En conclusión: los presupuestos pactados por UPN-CDN-PSN no son una herramienta ni adecuada ni útil para hacer frente a la crisis. Su filosofía es regresiva en lo social, y carente de estrategia a medio y largo plazo.


Por mucho que el Partido Socialista pretenda maquillar con parches esta política desacertada y nítidamente de derechas, es evidente el adelgazamiento del Estado del Bienestar y la ampliación de los márgenes de desigualdad que recoge esta ley, algo contrario a todo parámetro de progreso y justicia social. Y una tendencia peligrosa, para un mal momento económico. Afirmar que estos presupuestos están orientados a las personas es mentir a la ciudadanía porque si algo constatan es que las personas son para este gobierno el último eslabón en el orden de prioridades de la inversión pública.


Tampoco puede decirse que son unos presupuestos anticrisis, cuando la única solución que plantean a esta situación es gastar más dinero público en cemento y ladrillo –recetas a corto plazo-, mientras abandonan otros objetivos estratégicos en educación, formación, I+D+I, industria, medio ambiente, cultura, salud o desarrollo rural.


A partir de ahora queda el debate de enmiendas parciales, que supone otra oportunidad para corregir algunas de las carencias de consecuencias más funestas para la calidad de vida de los navarros y las navarras. Y en esa clave trabajará Nafarroa Bai, desde parámetros progresistas, por el bien común. Pero cuando el árbol está torcido enderezarlo es prácticamente imposible por mucho que se esfuerce en trasladar lo contrario el portavoz del PSN.


Que a lo largo de su intervención el consejero de Economía y Hacienda ni mencionara a los cientos de trabajadores y trabajadoras que están perdiendo su empleo, o viéndolo peligrar en las últimas semanas resulta muy significativo. Una muestra del lugar que ocupa el drama personal en las previsiones de este gobierno, que pese a la coyuntura sigue empeñándose en excluir por puro sectarismo ideológico a un tercio de trabajadores y trabajadoras representados por ELA y LAB. Ese si es nacionalismo, señores del PSN, pero del excluyente, y del rotundamente contrario a los valores de la izquierda, la socialdemocracia, la igualdad de oportunidades y la convivencia. Como el resto de propuestas de estos Presupuestos.


MAIORGA RAMIREZ,


PORTAVOZ DE NAFARROA BAI EN ECONOMÍA Y HACIENDA