Jesús Urra
Diario Noticias 19 mayo 2007
Al PSN y NaBai les corresponde activar el entendimiento del conjunto de las izquierdas y de las gentes progresistas abertzales o vasquistas y navarristas para que fructifique en un gran acuerdo por el cambio: para una Navarra integrada, sin exclusiones, socialmente avanzada, rica humanamente, puntera en valores de libertad e igualdad, solidaria, democrática… Este elenco de izquierdas, con diferentes almas identitarias, formado por PSN, NaBai, IUN, las bases sociales de Batasuna y un sinfín de asociaciones del más diverso espectro constituye una marea humana por el cambio.
Son muchas las razones que empujan en esta dirección. El PSN y NaBai, en tanto que fuerzas más representativas de esos sectores en la sociedad navarra, se necesitan mutuamente para emprender un programa ambicioso de reformas políticas y sociales. Los datos institucionales son inapelables: ni uno ni otro podría llevarlo a cabo por su cuenta y riesgo.
Y, quizás, la razón más poderosa en estos momentos sea la necesidad de impulsar un modelo integrador de las diferentes identidades existentes en Navarra. Un acuerdo que no excluya a nadie y que obligue a aceptar un nuevo rumbo integrador a las fuerzas partidarias del enfrentamiento interidentitario de ambos bandos. La alianza entre el PSN y NaBai debería ser el motor principal para el gran acuerdo de Navarra en esta materia, lo cual requiere una rectificación a fondo de unos y otros en pos de una cultura pública pluralista.
Haría falta otro rumbo del navarrismo bajo valores más integradores, más respetuoso con la identidad vasquista, más tolerante con la otra sensibilidad -mostrando una actitud más favorable hacia el euskera, hacia los símbolos vasquistas conforme a la representatividad ciudadana que obtengan- y una actitud más abierta hacia unos órganos de colaboración estrecha entre la CAV y Navarra y un respeto más activo hacia la identidad vasconavarra. El navarrismo encarnado en fuerzas como el PSN y CDN o, desde una posición diferente, por IU, debería reflexionar acerca de la conveniencia de impulsar un plan de estas características para lograr un buen pacto de convivencia.
Es necesario igualmente otro rumbo del vasquismo navarro en claves integradoras. Sin falsos atajos nominalistas que no cambian las cosas. Respetuoso con la identidad navarrista. Rompiendo con la intolerancia hacia quienes desean mantener un lazo común estatal y una identidad navarroespañola. Con un centro de operaciones eminentemente navarro, pues ha de actuar en dicho espacio ampliamente legitimado por la mayoría de la población; haciendo compatible lo navarro y lo vasco. Con un talante más realista y más humilde en su defensa de la opción vasquista, acorde con su actual situación de minoría. Interesado en poner su grano de arena al servicio de una buena convivencia de identidades por entender ésta como un valor y por calidad de vida: si se opta por la vía del enfrentamiento entre sensibilidades diferentes, nuestra propia experiencia o la de otros países nos indican que el resultado es muy negativo. Esta perspectiva de buena convivencia, dialogante, entre vasquistas y navarristas, no implica la ausencia de conflictos derivados de proyectos diferentes; pero sí muestra la voluntad de atemperarlos y de no erigir en bien supremo la guerra de identidades.
Finalmente, es necesario que ambas partes aboguen por una vía enteramente navarra. Nuestra comunidad posee una estructura política y social de partidos, de sindicatos, de organizaciones sociales diferente y especifica. Sería un error no tener en cuenta esto. Al mismo tiempo, el proyecto europeo permitirá unas relaciones flexibles y multilaterales.